Juan Ignacio Schilling, Director Aproval
Esta semana, junto a un grupo de integrantes del Área Jóvenes de Aproval, tuvimos la oportunidad de participar en el Quinto Encuentro Panamericano de Jóvenes Lecheros que se desarrolló en Paraguay, bajo la organización de la Federación Panamericana de Lechería (Fepale), la Cámara Paraguaya de Industrias Lácteas (Capainlac) y la Asociación de Productores de Leche y Criadores de Razas Lecheras de Paraguay (Aprole)
Fue una extraordinaria oportunidad para conocer a nuestros pares del continente (representantes de 13 países), compartir experiencias en los ámbitos productivo y personal y escuchar interesantes exposiciones en temas relevantes como el futuro de la lechería a partir de la sucesión familiar de las unidades productivas, la interacción generacional, sustentabilidad, y las oportunidades que se nos abren en torno a la producción de leche.
También fue muy enriquecedor conocer una parte de la realidad productiva paraguaya y constatar las complejidades que rodean a sistemas lecheros que deben convivir con un entorno marcado por las altas temperaturas (en torno a 40 grados en la época estival) y de esa manera poner en contexto nuestra propia realidad que a veces nos lleva a creer que ordeñamos en un entorno extremadamente adverso.
Sin embargo, desde el punto de vista gremial, creo que lo más importante que nos dejó este encuentro, fue valorar y dimensionar la decisión que tomamos como Aproval, en el sentido de incluir en nuestra agenda una línea de trabajo permanente en torno a las nuevas generaciones vinculadas a las lecherías familiares de nuestra región.
En este sentido, pudimos constatar con orgullo que la creación de nuestra Área Jóvenes nos permitió representar dignamente este esfuerzo gremial que hemos impulsado y que si bien llevamos poco más de un año de trabajo, vamos por el camino correcto y no estamos tan atrás respecto del trabajo que han emprendido las lecherías de Uruguay (quizá uno de los países con más avances en esta materia en el continente) y el propio Paraguay que en sólo un par de años ha dado un impulso significativo al trabajo con sus jóvenes lecheros.
Ojalá se sumen a este esfuerzo otros actores del sector lácteo chileno y de esa manera podamos abordarlo bajo el alero de una estrategia país que nos permita potenciar este trabajo que hemos iniciado desde la región de Los Ríos para pensar -por qué no- en ser anfitriones de un futuro Encuentro Panamericano de Jóvenes Lecheros que nos permita compartir con nuestros pares del continente, el trabajo que desarrollamos en torno a esta apasionante actividad.
