Por Paulina Carrasco Gorman, Presidenta Aproval Leche A.G.
Esta semana el Ministerio de Agricultura dio a conocer su último reporte sectorial con la dinámica productiva para noviembre.
El penúltimo mes de 2022 arrojó un comportamiento a la baja en los principales distritos lecheros y -por consiguiente- a nivel nacional la recepción de leche retrocedió -4,7%. Los Ríos “aporto” a esta caída con un retroceso de -5,4%, mientras que la región de Los Lagos lo hizo con -5,7%.
Al revisar la disponibilidad acumulada de leche fresca para el periodo enero-noviembre del año recién pasado, las bajas se atenúan tanto en Los Ríos (-0,9%) como en Los Lagos (-3,8%), colocando la recepción nacional un 2% por debajo de la recepción acumulada en igual periodo de 2022.
Todo indica que las condiciones climáticas de la primavera afectaron el desempeño de las praderas, con el impacto antes mencionado en producción de leche para la última parte del año (diciembre probablemente vendrá con caídas parecidas o superiores), pero además habría afectado los rendimientos y calidad del forraje conservado, lo que podría pasar la cuenta este 2023.
Así las cosas, estamos cerrando una campaña 2022 muy desafiante ya que, a la contracción de la oferta de leche, probablemente veremos un ajuste también a la baja en los márgenes debido al incremento general en los costos de insumos, especialmente en aquellos asociados a la alimentación: fertilizantes, concentrados, granos y fuentes proteicas y de energía.
Esto, a pesar de la evolución positiva que tuvieron los precios de la leche pagados a productor y que para el periodo enero-noviembre acumulaban un incremento de 8,5%.
En medio de este ajuste entre costos e ingresos, aparentemente algunos productores restringieron el uso de fertilizantes y disminuyeron la superficie de cultivos estratégicos como el maíz, lo que seguramente también repercutirá en el desempeño productivo de la próxima temporada.
Adicionalmente, se especula mucho en torno a una contracción de la demanda de lácteos desde China, lo que obviamente no sería una buena noticia para todo el mercado mundial.
Además, en Chile la industria procesadora y los puntos de venta a consumidor han estado traspasando el mayor costo de la materia prima y eso también es un factor que podría generar un efecto en términos de la demanda, con las consiguientes repercusiones en toda la cadena.
Si los últimos dos años estuvieron marcados por la incertidumbre del Covid 19, todo indica que el 2023 que se inicia no será muy distinto, pero por motivos diferentes, lo que obliga a redoblar los esfuerzos por hacer las cosas lo mejor posible donde el productor puede influir: trancas adentro.
