Por Paulina Carrasco Gorman, Presidenta Aproval Leche A.G.
A mediados de noviembre, representantes del Ministerio de Agricultura expusieron ante la Comisión de Agricultura del Senado los “resultados” del Censo Nacional Agropecuario y Forestal aplicado en 2021, luego de 14 años sin disponer de una actualización de los datos sectoriales, cuyo último relevamiento censal corresponde a 2007.
Bajo los conceptos de porcentajes relevantes de “no logro” y “no cobertura” en el proceso de recolección de datos, el resumen de la información entregada por el Minagri -mandante del Instituto Nacional de Estadísticas para la ejecución del censo- es que en la práctica los resultados obtenidos no sirven. Al menos, así como están planteados hoy.
Así, al menos, han sugerido una serie de profesionales y expertos que han manifestado la necesidad urgente de que tanto el Minagri como el INE analicen en conjunto el camino a seguir para intentar rescatar esta iniciativa que costó $18 mil millones.
A modo de ejemplo, se estima que no fueron encuestadas 5,2 millones de hectáreas de uso agrícola y forestal, que corresponden casi al 9% de la superficie total nacional.
Todo indica que la tarea no será fácil ni rápida, por lo que seguramente habrá que seguir esperando por una actualización certera y técnicamente válida para un censo que resulta fundamental a la hora de definir políticas públicas en torno a la agricultura y la ruralidad.
Llama la atención que, teniendo falencias tan importantes, los responsables de este último censo se hayan atrevido a publicar resultados a todas luces deficientes (o al menos insuficientes) y que, como señalan expertos, no dan cuenta de la verdadera realidad sectorial vigente.
A modo de ejemplo, en nuestro sector lácteo la radiografía productiva ha variado drásticamente desde el último censo agrícola de 2007, pero la ausencia de una actualización adecuada hace que ni siquiera sepamos cuántos productores de leche existen en la actualidad, como tampoco tengamos certeza de la cantidad de vacas lecheras que sustentan los casi 2500 millones de litros anuales de producción.
En el caso de la cantidad de empresarios dedicados a la producción primaria de leche, los números varían entre 4500 y 6000, dependiendo de la fuente. Sin embrago, datos recabados por el Consorcio Lechero, a partir de la información proporcionada por 14 empresas procesadoras que recepcionan el 92% de la leche nacional, apenas dan cuenta de poco más de 2 mil proveedores.
La gravedad del episodio requiere determinar las responsabilidades asociadas, pero -lo más importante- es conocer a la brevedad la solución al problema y los necesarios datos del Chile agrícola que seguimos esperando.