• SABÍAS QUE...
    • De cada 3 litros de leche que se producen en Chile 1 proviene de la Región de Los Ríos
    • El consumo de lácteos en Chile bordea los 150 litros per cápita
    • Río Bueno es la comuna que más leche produce en Chile (15%)

La alimentación en la tercera edad. ¿Qué comer y qué no cuando nos hacemos mayores?

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Deber basarse en la dieta mediterránea, mucha frutas y verduras, pescado, aceite de olivay frutos secos. En caso de enfermedades o toma de algunos medicamentos, la dieta deberá ser distinta e incluso incluir suplementos.

Llevar una buena alimentación en la tercera edad es tan importante como a cualquier otra etapa de la vida para mantener la salud, pero, puesto que es una etapa con algunas peculiaridades, tanto a nivel físico como social o emocional, se deberá cuidar especialmente. Y es que, los cambios fisiológicos e incluso las condiciones vida en los ancianos pueden provocar, por un lado, una pérdida de apetito que termine en desnutrición y, por otro, una mala alimentación que derive en sobrepeso y obesidad. Ambas circunstancias pueden dar lugar a un envejecimiento menos saludable, mientras que una alimentación sana y equilibrada -combinada con ejercicio- evitará o retrasará algunos de los problemas que son más comunes en la tercera edad, como diabetes, hipertensión, arteriosclerosis, el riesgo de infarto e ictus, la insuficiencia respiratoria, el riesgo de fracturas, de infecciones en general, el riesgo de hospitalización… Además, favorece la independencia y, en definitiva, proporciona una mejor calidad de vida.

Cambios fisiológicos que influyen en las necesidades nutricionales

El envejecimiento provoca una serie de cambio fisiológicos que influye de manera directa en las necesidades nutricionales e incluso en la forma de comer. Algunos de estos cambios, producidos en gran parte por los cambios en la secreción de algunas hormonas, son:

•Se reduce la masa magra de los órganos, se pierde masa ósea y agua corporal total y aumenta el tejido graso.

•Es frecuente que el apetito sea menor, producido por los cambios hormonales, una disminución del sentido del gusto y el olfato o por la toma de determinados medicamentos.

•Debido a una disminución cuantitativa y cualitativa de las secreciones digestivas y de la actividad enzimática, son más frecuentes las alteraciones digestivas, entre ellas, el reflujo, la disfagia -dificultad para tragar-, el estreñimiento o la saciedad precoz.

•La pérdida parcial de los sentidos del gusto y del olfato puede o provocar que, para que las comidas les sean más apetecible, tienda a ponerle más sal, lo que puede perjudicar su salud.

Es común la falta de alguna pieza dental, la sequedad bucal y la presencia de llagas, lo que les dificulta mucho a la hora de comer.

Todas estas situaciones pueden condicionar la reducción de la ingesta de alimentos, que a la larga deriva en desnutrición o que su alimentación no sea la adecuada por el exceso de sal o porque tiendan a comer cosas que les sean más apetecibles o más fáciles de masticar o tragar, pero menos saludables.